lunes, 8 de octubre de 2007

Annie Lennox se rodea de voces amigas en su nuevo álbum


Madonna, Sarah McLachlan, Celine Dion, Faith Hill, Pink, Dido, Gladys Knight, KD Lang, Bonnie Raitt, Shakira, Melissa Etheridge, Anastacia, Joss Stone y KT Tunstall son algunas de las artistas que han participado en la grabación del nuevo álbum de Annie Lennox, «Songs of mass destruction».

Este nuevo trabajo de la cantante de "Eurythmics",ya la venta y editado por Sony-BMG y con un título apocalíptico que viene a decir algo así como "Canciones de destrucción masiva", incluye el himno feminista "Sing", nacido del compromiso de Lennox con la fundación Nelson Mandela 46664 y con Treatment Action Campaign (TAC), organizaciones que luchan a favor de los derechos humanos, la educación y la salud de los afectados por el virus VIH.

"Cuando trato de escribir una canción, no hay una estrategia ni agenda tras ella. Suelo sentarme al piano y tocar hasta que algo comienza a sonar de manera especial, luego tengo que anotarlo rápidamente, antes de que lo olvide", describe Annie Lennox acerca de su proceso creativo en la página web http://www.alennox.net/

Libre y relajante
Lennox, media naranja del combo Eurythmics, confirma que "las ideas musicales son lo primero en surgir. Invento mi línea vocal a la usanza de la improvisación con una mano agarrada al micrófono. Por lo que es algo muy relajante y libre".
Diva (Arista, 1992), Medusa (Arista, 1995) y Bare (J-Records, 2003) son el currículo que resulta de una separación meditada y en desarrollo. En este caso, el de una de las voces más ricas del panorama musical - con cualidades operísticas, no en vano estudió en la Royal Academy of Music- después de la disolución de Eurythmics.

Del dúo compuesto con su compañero Dave Stewart en Londres, en 1980, ha heredado la capacidad para construir éxitos potenciales. Why, No more I Love You´s, Pavement Cracks así lo demostraron. Sin embargo, Annie se ha empeñado más en erigir un proyecto pop con matices clásicos donde probar su madurez como compositora que en fabricar piezas con intención comercial. De hecho, la romántica Love song for a vampire para el soundtrack de Bram Stokers Drácula (F.F.Coppola, 1992) inició el triunfo de esta singular solista.

Eurythmics, que se disolvió de común acuerdo en 1990, continúa preservando el cetro que le corresponde: millones de copias vendidas y atesorar el inicio de una era musical que comenzó a mirarse en las tecnologías. Son -por canciones y derecho- impulsores del género new wave junto a otros de su talla como Duran Duran o O.M.D.

Melodías que son ya historia gracias a Sweet Dreams (are made of this), There must be an angel (playing with my heart), You have placed a chill in my heart o I saved the world today. Y que han sido difundidas por el apego a la moda de la pareja, que posó para el prestigioso fotógrafo Richard Avedon -uno de los ejemplos- para la cubierta de su Peace (Paz, 1999).
Optimismo, pacifismo y compromiso a través de su participación en campañas como el macroconcierto a beneficio de la lucha contra el Sida: el 46664, número de ex presidiario del mandatario sudafricano Nelson Mandela. O aquel Live 8 que congregó a varias bandas (U2, Madonna, Pink Floyd) para luchar contra la pobreza y hacer presión sobre el G8.

Además, son protagonistas de otros gestos solidarios como la donación a Greenpeace y Amnistía Internacional de un millón de dólares, procedente de los ingresos que obtuvieron en su gira por Europa y Estados Unidos en 1999.
Aunque por su carisma mediático haya recibido un mayor número de críticas, son tareas que no distan de las que ocupan la vida de otro grande: Bono de U2. Incluso, la cantante del grupo británico anunció en el momento de la separación de Eurythmics que dejaba durante dos años su carrera para dedicar su tiempo a la caridad.

El álbum fue grabado en Los Ángeles con el veterano productor Glenn Ballard (Anastacia, Christina Aguilera, Shakira, Alanis Morissette), lo que significa un cambio en su larga asociación con Steve Lipson.
Más de 75 millones de discos en todo el mundo, cuatro Grammy, un Oscar, 11 Brits, cinco Ivor Novello y dos Golden Globe entre otros galardones avalan a esta mujer de 53 años.

Por su parte, Dave Stewart consiguió despuntar con su banda folk-rock, The Spiritual Cowboys. Contrariamente a lo que se pueda creer, Annie y Dave no son pareja más allá de lo estrictamente profesional.

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