viernes, 16 de diciembre de 2011

ENRIQUE BUNBURY y sus influencias peruanas

Para nadie es un secreto las influencias que la música peruana tiene en los temas del español ENRIQUE BUNBURY desde mucho tiempo atrás -recordemos su estadía en PERÚ donde compuso varios temas de su disco "El Viaje a Ninguna Parte" del 2004- y recordar que su percusionista Luis Miguel Romero es de origen peruano, por ello entender el uso del cajon en sus interpretaciones.
En su ultimo trabajo de versiones latinas para sorpresa nuestra aparecen dos temas de origen peruano:el primer sencillo "Ódiame" (Los Embajadores Criollos, Soledad, etc), letra original del poeta peruano Federico Barreto y "Vida" un vals poco conocido y escrito por Pablo Casas Padilla, un tema interpretado por Jorge Armas que por esas cosas que se desconocen nunca vio a la luz en el disco de "Ofrenda Popular" vol. 2 y que Bunbury rescata en este disco. Justamente el español en una entrevista comento que escucho a músicos peruanos de La Gran Reunión, del cual le pareció un proyecto muy interesante.
El disco, distribuido por KIJADA RECORDS en Perú, estará disponible desde el Lunes 19 en todas las discotiendas del país, en el facebook oficial de BUNBURY podrán revisar en “TIENDA”, hacer click en PERU y se encontrará toda la relación de lugares donde se venderá el disco.
Cabe destacar que el disco ya es Oro en España y México a menos de una semana de su lanzamiento.
Bunbury iniciará una gira por Latinoamérica el primer trimestre del 2012 y Lima ya está confirmada como una de las plazas -se rumorea se presentaría el 08 de Marzo en Lima-.
Licenciado Cantinas integrado por quince canciones, está disponible en formato Digi-pack y en Edición Limitada Doble Vinil de Colección que incluye además el CD Original.
TRACK LIST
1. El Mar, el Cielo y Tú (Agustín Lara)
2. Llévame (Louie Ortega)
3. Mi Sueño Prohibido (Tradicional)
4. Pa' Llegar a Tu Lado (Lhasa de Sela)
5. Chacarera de un Triste (Hermanos Simón)
6. Ódiame (Federico Barreto / Rafael Otero López)
7. Vida (Pablo Casas Padilla)
8. El Mulato (Licenciado) (Ricardo Ray / Bobby Cruz)
9. El Solitario (Diario de un Borracho) (Alfredo Gutiérrez)
10. Ánimas, que no Amanezca (Guadalupe Ramos)
11. Que me Lleve la Tristeza (Marcial Alejandro)
12. El Día de mi Suerte (Willie Colón / Héctor Lavoe)
13. Cosas Olvidadas (Antonio Rodio / José María Contursi)
14. La Tumba será el Final (Francisco Vidal)
15. El Cielo está dentro de mí (Atahualpa Yupanqui / Pablo del Cerro)
Aquí les hacemos llegar nuevamente esta apasionada y atinada descripción de Licenciado Cantinas, en palabras del gran Andrés Calamaro, además amigo cercano de Bunbury.
LICENCIADO BUNBURY
Por Andrés Calamaro
Enrique Bunbury se presenta como (con) Licenciado Cantinas en su desembarco en California, y esta colección brillante de “versiones”, un repertorio exquisito y nada habitual, una producción atractiva a cargo del propio Enrique con arreglos “gourmet” de “Los Santos Inocentes”, que bordan texturas clásicas -pero originales- para una colección de joyas encontradas del repertorio panamericano que conviven bajo el preciosismo de los arreglos y la interpretación vocal de Bunbury, en su mejor momento personal y artístico, cantando mejor que nunca una colección profunda de canciones.
¡Qué dulce espina para Enrique! Aquí la inspiración creativa es la del intérprete artesano, el “cowboy cósmico” no firma canciones pero firma una delicia de disco que es “crossover” (bisagra) de nuestra música continental, el desembarco angelino de un artista inteligente, curioso y sensible, resignado a un permanente viaje por el mundo, el tiempo y las armonías.
El "Licenciado…" es el alto exponente de un oficio fértil en intimidad; hay un secreto que sólo conocemos los cantores y aquellos que nos entregan generosamente su corazón a cambio de canciones y canto, y va a permanecer guardado bajo la alfombra del corazón de quien corresponda. Será imposible no gozar con este disco grande. Para mí (un rockero enamorado del cancionero hispano-latinoamericano) es un privilegio poder escuchar "primero" (y volando entre Chicago y el DF) este voluntarioso y apasionante LP de mi querido compañero Enrique, licenciado con honores en las cantinas musicales del continente del idioma.
LAS CANCIONES
El prólogo (“El Mar, el Cielo y Tú” de Agustín Lara), un delicioso fresco de bolero instrumental con aromas “Morricone” que da pie a “Llévame” (de Louie Ortega) con la participación del legendario “Flaco” Jiménez y el dialogo entre la Fender de Álvaro Suite, el contrabajo de Robert “Bob” Castellanos y el piano de Rebenaque. La emocionante “Mi sueño Prohibido” se presenta vestida con la percusión de Quino Béjar y la aparición estelar de Eliades Ochoa; conmueve entonces la profunda “Pa llegar a tu lado”, una delicia de grabación/interpretación con “ruidos” y cuerdas de terciopelo, que se escucha con el corazón en la garganta. Un contestador telefónico introduce la analógica “Chacarera de un Triste” (de los Hermanos Simón), reformulada como “bomba caribeña y eléctrica”.
Cada track es una demostración de osadía y elegancia de los “Los Santos Inocentes” reunidos por Bunbury que dirige el “cotarro” cantando como siempre y mejor que nunca. “Ódiame” (de Barreto/Otero López) se presenta con el órgano Hammond y el acordeón, asimismo bailable y emocionante, en lo que es (sin duda alguna) perfecto ejemplo de esta “salsa”, este “guiso” de ritmos, sonidos y repertorio: El equilibrio entre la tradición del rock-sound y los géneros centro y sudamericanos. Y el equilibrio fue inventado para perder el equilibrio, borrachos de emoción, con una lágrima asomando, ebrios de música, porque sin música la vida sería un error. “Vida” (de Casas Padilla) es un texto en carne viva. “El Licenciado (El Mulato)” (de Ricardo Ray & Bobby Cruz) resuelve en psicodélico “salsódromo” después de presentarse con un “jondo” Dobro climático, y se engancha con la dulce tragedia colombiana de “El Solitario” (de Alfredo Gutiérrez), que cuenta con el concurso estelar de Dave Hidalgo (Los Lobos), en guitarra y bajo sexto, un teclado distorsionado y un banjo dialogando con Enrique, que nos confirma que si “el mar se convirtiera en aguardiente, en el se aho-gaba para morirse borracho”, una declaración de principios sensible y perfectamente colombiana. Con Hidalgo en acordeón, y con aires de “corrido/banda”, se presenta “Ánimas, que no amanezca” que no demora mucho en reconfigurarse como “banda-billy” con la tuba de Alfredo Corrales. Un disco para cantar bailando sobre una mesa, rompiéndose la camisa y derramando risas y lágrimas. “Que me lleve la tristeza” (de Marcial Alejandro), es una de las mejores interpretaciones de la andadura vocal de Bunbury que se presenta como un sensibilísimo y solido cantor al lado de las texturas del vibrafón, la guitarra acústica, el lap-steel guitar, y el legendario Charlie Musselwhite.
“El Día de mi suerte” (de Willie Colon y Héctor Lavoe), se revela con original ritmología “Bo Diddley-Caribe”, incendiario. “Cosas Olvidadas” (un tango de Rodio/Contursi), cantada con espíritu arrabalero. El “Flaco” Jiménez vuelve en “La tumba será el final”, un texto sin dudas dramático y sentimental “in extremis”. Particularmente emocionante es el cierre de este álbum, con la fuerza moral y profunda de los versos de Atahualpa Yupanqui (“El Cielo está dentro de mi”), otra vez con la armónica universal de Musselwhite. La milonga grande es uno de los géneros preferidos de Enrique, y sirve de perfecto epílogo (y declaración de principios) de/para un álbum personal, perfectamente ensamblado por “Los Santos Inocentes”. Un álbum que termina sin un acorde final, sin siquiera un ambiente reverberante, para dejarnos sin aliento. Con la reflexión final que define a los trotamundos, a los humildes y a los viajeros interiores; ese “observatorio” desde donde Enrique contempla con los ojos bien abiertos el universo sensible que nos abriga.
Disco grande de Enrique Bunbury, que se estrena de nuevo como caminante que hace camino andando y cantando.

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